Yo vivo en Cádiz cerquita de la
playa y es algo que estoy acostumbrado a tener cerca y disfrutarla todo el año,
cogí la costumbre de ir por lo menos en vacaciones una vez a la montaña y le he
pillado el gustillo a eso. Mi grupo astronómico ya había hecho varias salidas a
un sitio llamado el Pinar de Araceli, y este verano como no podía de ser de
otra manera, tenía que ir a la quedada que se organizaba en el Pinar gracias a
nuestra amiga Quili.
El viaje desde Cádiz es largo (en
torno a 500 km), para ir un fin de semana no me valía la pena, pero esta vez
iba a pasar 4 noches allí, y la cosa cambiaba, ya mis compañeros me habían
hablado del cielo tan alucinante que tenemos allí, y de cómo se veía la Vía
Láctea en esa zona, y eso que tenemos la suerte en nuestra provincia de tener
todavía cielos muy oscuros, pero la altitud (en torno a los 1800 metros) y la
ausencia de poblaciones cercanas rodeados de montañas, hacen que el sito sea un
lugar estupendo para nuestra afición.
En principio nos íbamos Víctor
(acrab) y yo, pero afortunadamente, al final se apuntó mi compañero de fatigas
astronómicas Javi Jare, todo fue, gracias a los más de 700 mapas (si, si, más
de 700 mapas, y los que quedan por hacer) que teníamos preparados para observar
allí, eso lo picó al final y afortunadamente pudo hacer el viaje en mi coche
acompañándome. Nos fuimos en mi coche y queríamos llevar los dos telescopios,
maletas y comida para dos, todo eso tenía que caber dentro más las dos sillas
astronómicas, maletines, cámaras, etc… todo un reto y aunque mi coche es uno
familiar, había gran cantidad de cosas que meter, como no, la primera gran idea
que tuvimos es hacer el Dobson-Bar, que consistía en dos monturas Dobson con un
montón de bebidas en su interior como se puede ver en la foto.
Llegamos al Pinar el miércoles
24, ya había compañeros que estaba allí, nos acomodamos en la cabaña y nos
preparamos para la primera observación. Antes de cenar, montamos los telescopios
para que se fueran aclimatando, cenamos dentro de la cabaña y cuando recogimos
todo, al salir, vimos ya que la Vía Láctea iba a ser un gran espectáculo, nos
quedamos un rato para aclimatar los ojos a la oscuridad, y empezamos a
asombrarnos de la PEDAZO DE VÍA LÁCTEA que teníamos sobre nuestras cabezas, muchas
zonas que habitualmente no se ven, y un cielo de escándalo. Nos llevamos el
medidor SQM que teníamos calibrado gracias al proyecto Nixnox, y el valor
máximo que registramos fue de 21,73 y el aparato no bajo de 21,50 en todas las
noches de observación.
Después no nos pudimos resistir a
bajar para observar por el telescopio de Jesús Carmona (Fobos) y su 20”, usamos
en la primera noche el binocular que tenía, y en la segunda noche un ocular
ethos 21 mm, las imágenes van a ser difíciles de olvidar, y luego las iré
reportando en la crónica que haré de la observación noche a noche donde
describiré las imágenes que vi y los oculares empleados. Esa noche estuvimos
hasta las 04:30 horas, la luna asomó por el horizonte y aproveché para hacerle
alguna que otra foto.
Ya por la mañana desayunamos, y
bajamos al bar para saludar al resto de compañeros que iban llegando, después
de unas cervecitas, un baño en la piscina, nos fuimos a comer a la cabaña, lo
bueno de ese día fue la sobremesa que tuvimos, con una botella de mi whiskey
envejecido en mi barrica de roble, y como no, Jesús (petardo) se trajo otra de
embrujo de Granada, que también estaba de categoría que junto a algún que otro
purito de Montecristo, hizo las delicias de la tarde-noche. Ya os imagináis con
dos botellas y los pocos que éramos Victor, Juan Antonio, Javi Jare, los dos Jesús, y algún
otro que no me acuerdo en este momento, el final nos tuvimos que echar una
siesta para reponer fuerzas, porque por la noche volví a observar hasta más
tarde de las 4 de la mañana.
El viernes ya venía el grueso de la tropa, y nuestros compañeros del Grupo Astronómico de Cádiz, ese día teníamos preparada una paella en el Bar, la verdad que la paella que nos hizo Matías estaba de categoría, después la sobremesa la hicimos allí en el bar, aunque esta vez más relajado que el día anterior, aún así, también nos tomamos algunas copitas en el bar, mientras iban llegando el resto de compañeros a los que íbamos saludando a medida que iban llegando. Para la noche, parte de los compañeros montaron en el campo de futbol, y nosotros optamos por seguir al lado de la cabaña, resultaba muy tentador tener la cama al lado del telescopio, allí estuvimos Pablo (CBR) que observó con nosotros tres noches, también vino Jean y por supuesto Víctor, Javi Jare y yo, también estaba en la cabaña de al lado Daniel (Gildan) que aunque hacía astrofotografía, se venía también a observar de vez en cuando por el telescopio. Esa noche estuvimos hasta las 6 de la mañana observando, fue la más larga.
Ya el sábado, nos levantamos
tarde, ese día Matías nos tenía preparado unas chuletas de palillo de 2 kilos
por lo menos o más, nos fuimos al bar a escuchar un poco de música en concierto
en directo, ya el jueves había tocado Juan Antonio y Matías, esta vez tocaba
Jesús y Javi Jare a la batería, comimos muy bien, y llegó el turno de las
copitas de sobremesa, esa noche el tiempo que daba era muy malo, Víctor se
había quedado sin telescopio por culpa de unos tornillos que hacía
descolimarlo, y decidimos dedicarlo a actividad social, después de la comida
fuimos de visita a las cabañas de nuestros amigos del Grupo Astronómico de
Cádiz, también aprovechamos para visitar a Alfonso y Susana, que hacía tiempo
que no los veía, y a Jesús y los Isidros, Juanma y Pablo, en cada sitio nos
íbamos tomando algo con ellos y se nos hizo de noche, habíamos quedado para
cenar en la cabaña de Quili y Juan Antonio, donde llevamos unos espaguetis para
cenar, hicimos un botellón y estuvimos hasta altas horas de la madrugada, al
final a las 6 de la mañana, pero esta vez con buena compañía tomando unas
copitas con Quili, Juan Antonio, César, Jesús, su mujer Inma, Víctor, Javi
Jare, Gloria, Isidro padre e hijo, Juanma y Pablo y luego apareció Jesús Fobos
para hacernos una visita.
En fin, esa noche la dedicamos a
actividades sociales, que también nos apetecía después de tres noches
magníficas de observación, deseando que se vuelva a repetir y contentísimo de
haber ido a ese magnífico cielo y sobre todo muy contento de ver de nuevos a
muchos amigos que hacía tiempo que no veía, y conocer a gente que tan solo
tengo contactos con ellos a través de los foros de astronomía.
Si queréis leer una magnífica
crónica, tenéis este enlace para pinchar donde nuestra amiga Quili, ha hecho
una gran crónica de toda la quedada.
http://www.asociacionhubble.org/portal/index.php/foro/viewtopic.php?f=15&t=45811
http://www.asociacionhubble.org/portal/index.php/foro/viewtopic.php?f=15&t=45811
Esta es la crónica social, luego
pasaré las crónicas de observación de las tres noches tan buenas que tuvimos,
casi nos hicimos un libro entero de mapas.