Como todos los años, intento observar las Perseidas o Lágrimas de San Lorenzo como se le conoce popularmente. Esta lluvia de estrellas es la que más aficionados tiene debido a que es en verano y las buenas temperaturas nocturnas invitan a poder observarlas.
Este año me he ido a un pueblo de Huelva, más en concreto a Aracena, un bello pueblo en plena Sierra de Huelva donde he podido estar varios días relajado.
Viajamos en plena ola de calor con una temperatura superior a 40 ºC en la zona durante el día y esperanzados en tener una buena temperatura nocturna para poder disfrutar de esta lluvia de estrellas.
Este año, nuestra querida Luna nos ha obstaculizado el máximo de Perseidas, con lo que no se ha podido disfrutar como en otros años.
Aun así, me he tirado tres noches de observación y fotografía desde un balcón en este bello pueblo, que aunque no es lo ideal, tengo que decir que a cierta hora, las luces del castillo se reducían junto a muchas luces del pueblo, con lo que tenía una zona norte donde incluso pude intuir la Vía Láctea antes de salir la Luna por el horizonte.
Tengo una cámara Panasonic con un objetivo Leica que me la llevo en muchas ocasiones con un pequeño trípode. Ya tiene sus años y no es la mejor para poder captar perseidas, pero me propuse hacer también fotografías mientras observaba.
Durante todos los días, pude ver más de 20 meteoros entre Perseidas y esporádicas. Me esperaba mucho menos este año debido a la Luna y al estar en un pueblo. Pero me ha sorprendido la cantidad que he visto a pesar de las condiciones en las que he observado.
Concluyo esta crónica, donde he podido hacer más de lo que esperaba, y contento por el bonito viaje que he podido realizar.