Este fin de semana se presenta
frío pero despejado, ideal para observar un poco el cielo. Los viernes son para
mí mal día para observar y montar el telescopio. Pero tengo mis prismáticos
Celestrón 15x70 mm que junto a un trípode, es un buen instrumento para una
observación rápida sin necesidad de montar toda la parafernalia, cosa de
agradecer cuando uno está muy cansado.
Mi zona de observación ha
empeorado un montón. Tengo un vecino que ha puesto focos leds que son para
alumbrar un estadio de futbol, pero no una casa de campo. He tenido que hablar
con él, porque uno directamente apunta a un dormitorio, pero a pesar de
bajarlo, todavía despiden una potencia que alumbra toda la zona.
Menos mal que me hice una zona
para observar en el otro extremo de la casa. A pesar de la lejanía, ha
estropeado toda la zona Sur del cielo, con lo que ya, será imposible observar
cosas en esa zona.
Hace mucho frio para lo que estoy
acostumbrado, al inicio hace 10º C pero la temperatura baja hasta los 5º, que
teniendo en cuenta que hace nada estaba en la playa tomando el Sol, la
sensación térmica es mucho peor que la temperatura que marca.
Me hago una selección de los
principales objetos ideales para prismáticos, y por lo menos, me quito el
gusanillo, son objetos que he visto mucho, pero así voy testeando el cielo con
un instrumento de 70 mm sobre objeto ya conocidos.
Empiezo por la galaxia de
Andrómeda M 31 que la tengo en lo alto en el zenit. La posición es muy incómoda
y prácticamente la observo unos segundos. Ocupa casi todo el campo del
prismático, de forma impresionante, es un objeto muy agradecido para observar.
Continúo con el Cúmulo Doble de
Perseo NGC 884 y NGC 869, otro objeto muy agradecido para observarlos con los
prismáticos. La zona tiene gran cantidad de estrellas que se mezclan entre dos
bolas concentradas de estrellas, donde se destacan muchas brillantes. Será la
tónica general a la hora de observar los cúmulos abiertos. Una especie de
mancha donde se puede observar algunas estrellas brillantes.
No podemos hacer una observación
en esta fecha sin pararse en las Pléyades o M 45. Este cúmulo abierto resulta
precioso. Su color azulado y la gran cantidad de estrellas brillantes, hace
todo un espectáculo su observación. Me ocupan buena parte del campo del ocular,
con ese azul que hipnotiza a través del ocular.
Hay un par de cúmulos que también
son muy interesantes de observar con los prismáticos. El primero que veo es el
de las Híades o Melotte 25. Está al lado de Aldebarán, una gigante roja que no
pertenece al cúmulo pero que da una visión más bonita. Y también observo el
cúmulo Melotte 20 que está al lado de Mirfak. Quizás este es más espectacular
por el gran número de estrellas que podemos ver en el campo de los prismáticos.
Me detengo ahora en el cúmulo
abierto NGC 752, un cúmulo que también se observa muy bien con prismáticos.
Tiene algunas estrellas brillantes sobre un fondo blanquecino.

Me detengo en la zona de Auriga,
la tengo muy bien posicionada al este saliendo por el horizonte a una buena
altura. Es una zona muy agradecida para los prismáticos. Lo primero que veo es
el asterismo del “Pececillo”, es la zona de las estrellas 16, 17, 18 y 19 Aur.
Esta zona me encanta y la tomo de referencia para ver más objetos. Desde aquí,
parto en dirección a M 38 que se observa muy bien a través de los prismáticos.
Lo observo con un buen tamaño y redondo. Parto hacia abajo y observo a M 36,
este cúmulo pasa más desapercibido a través de los prismáticos y entra en el
campo de M 38, con lo que es posible observarlo los dos a la vez. Bajo y no
tarda en aparecer M 37, que se vuelve a observar bien al igual que M 38,
redondo y quizás más concentrado.
Cerca no puedo dejar escapar a M
1, es un reto con el cielo tan malo que tengo, pero lo logro observar como una
manchita pequeñita. El objeto es muy reconocible a través de los prismáticos.
Es una visión muy curiosa, una mancha pequeña en el campo rodeado de estrellas
brillantes.
Otro cúmulo abierto que se
distingue muy bien es M 34. Se observa como una manchita grande, pero siempre
se observa una o varias estrellas brillantes en el interior, con lo que la
visión es muy curiosa en el cielo. Recomiendo su observación debido a la gran
cantidad de estrellas brillantes que lo rodea.
También observo bajo en el
horizonte a M 35, se distingue como una manchita pequeñita, pero es reconocible
rodeado de estrellas este pequeño cúmulo abierto.

Quizás, lo mejor de la noche, ha
sido la zona de Orión. Entra en el campo de los prismáticos toda la espada de
Orión, la nebulosa M 42 y M 43 es muy reconocible con su forma característica.
Los pequeños cúmulos abiertos hacen que todo el conjunto sea una visión muy
recomendable a través de los prismáticos. Distingo las estrellas que hay en el
trapecio aunque no las puedo resolver y la nebulosa le observo las distintas
zonas que tiene, a pesar de la contaminación lumínica que tengo en la zona. Es
como una pequeña astrofotografía de la nebulosa de Orión de gran campo, que
tantas veces la hemos visto por Internet.
Tengo a Júpiter saliendo por el
horizonte, y le echo un último vistazo con sus satélites concentrado en una de
sus zonas.
El frío y el cansancio hacen que
de momento, deje la observación, pero por lo menos, he observado los objetos
que mejor tenía a tiro.
Pienso que el sábado 22 de
noviembre puede ser mejor día para poner el telescopio y estar más descansado.
Pero como siempre, ese día aparecen nubes altas, que hacen que no valga la pena
montarlo todo. No me resisto y me pongo a fotografiar el cielo. Mi sorpresa fue
descomunal al observar un bólido cruzando el cielo desde la zona de Perseo y Casiopea,
hasta la estrella Rasalhague dirección este – oeste dejando un bonito trazo
amarillo y sin apenas destruirse en el camino. La ley de Murphy hizo que
quitara la cámara segundos antes de que apareciera el bólido, con lo que no lo
pude registrar. Pero siempre tengo la costumbre de apuntar la hora y día para
comunicar a Jose María Madiedo la observación del bólido y facilitar la visión
en el proyecto SMART de las distintas cámaras que registran el cielo. Al final,
me confirmó que las cámaras habían cazado al bólido entrando en la atmósfera.